| BEATO SILLÓN¡Beato sillón! La casa corrobora su presencia con la vaga intermitencia de su invocación en masa a la memoria. No pasa nada. Los ojos no ven, saben. El mundo está bien hecho. El instante lo exalta a la marea, de tan alta, de tan alta, sin vaivén. Jorge Guillén, Cántico (1928) |
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