Rompecabezas

Rompecabezas
Así se forma el conjunto, uniendo, como en la música, el silencio con el sonido o, como en poesía, la ingeniería con el verso. (Despedida)

martes, 26 de febrero de 2013


EL TEATRO DESDE 1940 A NUESTROS DÍAS


     El teatro es el género más afectado negativamente por la guerra civil: han muerto los grandes renovadores (Valle-Inclán y Lorca) y se imponen mayores restricciones de posguerra que en otros géneros, precisamente por su necesidad de ser representado en público. Pese a todo no han faltado dramaturgos que recogían las inquietudes de cada momento y que buscaban nuevas formas de expresión teatral. 
   
El teatro de la primera posguerra es un teatro conservador que cumplió básicamente dos funciones: entretener y transmitir ideología. Se cultiva la comedia burguesa en la línea del teatro benaventino caracterizada por la perfecta construcción y por su intrascendencia, con dosis de humor y ternura. Además del propio Benavente, los dramaturgos principales son José María Pemán, Joaquín Calvo Sotelo o Juan Ignacio Luca de Tena.

     Cierta innovación representa el teatro del humor en el que destacan dos autores: 
- Enrique Jardiel Poncela con sus comedias de humor inverosímil, llenas de personajes en constante movimiento, lo que induce a la risa. Representan una sociedad feliz cuyos objetivos son el amor y el dinero ( Eloísa está debajo de un almendro, Los ladrones somos gente honrada, Los habitantes de la casa deshabitada).
-  Miguel Mihura, cuyas comedias denuncian lo absurdo de la vida cotidiana, la vaciedad de los tópicos y las convenciones sociales que impiden al hombre ser feliz. Su obra más conocida es Tres sombreros de copa (estrenada en 1952). A ella se suman El caso de la señora estupenda, Maribel y la extraña familia o Ninette y un señor de Murcia.

       El teatro realista intentó renovar la escena española y manifestar su oposición a la dictadura. Las obras plantearon  temas como la injusticia social, la vida de la clase media y baja, la condición humana de los humillados, los marginados.

     
   El teatro del compromiso activo, preocupado, inconformista se abre en 1949 con el estreno de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo.  En esta obra los protagonistas son cuatro jóvenes, vecinos en el último piso de una vieja casa. La obra refleja un mundo gris donde las frustraciones se repiten, no solo por el peso del medio social sino también por la debilidad personal.
En otras obras de Buero Vallejo como El tragaluz se hace un fuerte crítica al franquismo y a su obsesión por influir en nuestra visión de la historia tanto pasada como futura. 
Otras obras del mismo autor son El concierto de San Ovidio,  Un soñador para un pueblo, La fundación, etc.
     
     Alfonso Sastre formó el Teatro de Agitación Social. Su obra más destacada, Escuadra hacia la muerte, muestra la rebelión contra la autoridad que induce a una guerra que nadie entiende. Otras obras suyas son La sangre y la ceniza o La taberna fantástica.

     Un grupo de autores jóvenes siguiendo los planteamientos realistas iniciados por Buero y Sastre, ofrecen  lo largo de la década siguiente (los años sesenta), una propuesta teatral que presenta una clara actitud de denuncia de las injusticias sociales y de la alienación del individuo en muchas profesiones; se vale de un realismo directo y crítico que tiene al pueblo como protagonista. Sobresalen José Martín Recuerda, Lauro Olmo, Carlos Muñiz etc.

     Un autor de difícil clasificación que inicia su trayectoria dramática en esta época es Antonio Gala. Comenzó su dramaturgia con Los verdes campos del edén en esta década. Durante los años setenta, Gala goza del favor del público con obras como Anillos para una dama. Las obras de Gala se caracterizan por su tono poético, presentación escénica convencional y una cierta propensión por lo moralizante. 

     A finales de los sesenta se desarrolla un teatro vanguardista y experimental que se definirá sobre todo por su oposición estética a los realistas, aunque en bastantes ocasiones las obras tampoco están exentas de crítica social ni encontraron facilidades para ser representadas por su choque con la censura o porque sus audacias formales no encontraron fácil eco en un público amplio. Entre los autores de esta corriente podemos señalar a Fernando Arrabal, cuyas obras están a medio camino entre el esperpento, el surrealismo y el teatro del absurdo: El cementerio de automóviles, Pic-Nic, El arquitectyo y el emperador de Asiria etc Creó el "teatro del pánico" (del griego "pan", todo), presidido por la confusión, el humor, la búsqueda formal y la incorporación de elementos  surrealistas en el lenguaje.
     Otros autor, Francisco Nieva, con un teatro que incluye erotismo, absurdo y técnicas cinematográfica y surrealista: Nosferatu, Te quiero, zorra etc.

     En el panorama del teatro bajo los últimos años del franquismo no puede faltar la mención del fenómeno del teatro independiente (al margen del  teatro comercial) que sin dejar de ser crítico ante el sistema, busca nuevas formas de expresión. Estos grupos dan a conocer en España obras y  tendencias proscritas (Brecht, Sartre etc), crean sus textos, utilizan todos los recursos escénicos posibles ( luz, sonido, música, danza, formas del circo, del teatro de títeres etc)  y rompen la barrera entre el escenario y el patio de butacas. Con el tiempo algunos de estos grupos se profesionalizan y proliferan hasta nuestros días: Los Goliardos y Tábano en Madrid; La Cuadra en Sevilla; Els Joglars, Els Comediants, El Tricicle, La Fura dels Baus etc en Cataluña...

     Finalizada la dictadura y eliminada la censura con la llegada de la democracia confluyen todos las tendencias: hay un teatro underground y alternativo (que o no se representa o lo hace en salas pequeñas); se funda el 1983 la Compañía Nacional de Teatro Clásico; se adaptan novelas conocidas Cinco horas con Mario), de Delibes y surgen nuevos autores-actores: Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano, 1982) o se recupera a los exiliados ( Alberti, Arrabal) u olvidados (Lorca, Valle-Inclán).
     Los realistas consagrados siguen teniendo éxito: Alfonso Sastre (La taberna fantástica); Antonio Gala (Petra regalada). También tiene éxito la comedia burguesa, cuyos actores permanecen muchos años en cartel: Alfonso Paso ( Enseñar a un sinvergüenza); Ana Diosdado (Los ochenta son nuestros) etc.

     En nuestros días no hay novedades significativas, salvo que el texto se revaloriza y se produce un boom del género musical (El hombre de la Mancha, Mamma Mía, Hoy no me puedo levantar...).

     Otros autores de esta época: José Luis Alonso de Santos (La estanquera de Vallecas, Bajarse al Moro); Ignacio Amestoy (Pasionaria).



lunes, 18 de febrero de 2013





LA NARRATIVA DESDE 1940 A LOS AÑOS 70 

Cada una de las décadas está marcada por una tendencia dominante, producto de las circunstancias histórico-políticas y socio-culturales del momento: en los años 40 destaca la novela existencial; en los 50, el realismo social y en los 60 la novela experimental o estructural.

     
     En los años 40 la novela española tuvo que cargar con las consecuencias de la Guerra Civil (1936-1939), que alteró la vida cultural española. Se produjo el exilio de muchos novelistas, como Ramón J. Sender, Pérez de Ayala o Rosa Chacel. Además del exilio físico, se produjo un exilio interior, porque España permaneció aislada de la cultura occidental. Este exilio interior se produjo por varias causas: rigor y arbitrariedad de la censura (fueron prohibidas novelas como La familia de Pascual Duarte, de Cela); la prohibición de las novelas de los grandes renovadores de la novela contemporánea (Proust, Joyce, Kafka y Faulker); proliferación de una literatura nacionalista, glorificadora del régimen y favorecida desde el poder; la crítica parcial y mediatizada por quienes carecían de preparación para ello; y la manipulación durante estos años de la concesión de premios literarios (aunque también se entregaron premios importantes que descubrieron a espléndidos novelistas, como el premio Nadal que se concedió a la novela Nada de Carmen Laforet).

     En estos años existe la necesidad de encontrar una nueva estética, diferente a la de la novelística anterior a la Guerra Civil. En la novela de los años 40 podemos distinguir tres vertientes: la novela de los vencedores, el neorrealismo y la novela existencial. Nos centraremos en esta última.

     En la novela existencial se describe la realidad destacando el malestar y la angustia vital de la sociedad, la soledad, el desarraigo y el desconcierto ocasionados por la Guerra Civil. Entre las novelas destacan Nada (1945), de Carmen Laforet, considerada un claro precedente del neorrealismo de los años 50, y La sombra del ciprés es alargada (1948), de Miguel Delibes. En ocasiones, esta novela muestra la violencia a la que se puede llegar como consecuencia de la opresión del medio social: es el caso del desgraciado protagonista de La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela, denominada novela tremendista, por la sucesión de hechos brutales y truculentos que aparecen en ella. 

     En la novela existencial los temas predominantes son la soledad, la inadaptación, la frustración, la muerte... Los personajes son seres marginados, violentos u oprimidos (criminales, prostitutas etc) a veces con taras físicas o psíquicas, que viven desorientados. Los espacios son limitados, estrechos, cerrados (una celda, un hospital, una habitación etc) y se observa una preferencia por la primera persona y el monólogo (el personaje cuenta su pasado).

     Con la Guerra Fría, en los años 50, España empieza a salir del aislamiento y se incorpora a algunos organismos internacionales, en la órbita de EEUU. El incipiente desarrollo del turismo y la industria trae cierta recuperación económica y cambios en los estilos de vida, como las migraciones de los campesinos hacia las ciudades, la difícil insercuión de estas personas en los suburbios urbanos. Al  mismo tiempo los jóvenes empiezan a manifestar actitudes críticas respecto al poder y a la división social entre vencedores y vencidos.

     Para muchos, La colmena (1951) de Cela  es un precedente de la novela social. En ella, con más o menos realismo, trescientos personajes, la mayoría de clase media empobrecida por la guerra, nos muestran la dureza de la vida española el el Madrid de la inmediata posguerra.

     Se observan dos grandes tendencias: Neorrealismo y Realismo social.
     El neorrealismo se centra en los problemas del hombre como ser individual (la soledad, la frustración...). Se refleja fielmente la realidad, conductas y diálogos de los personajes, sin mediar comentarios o interpretaciones del autor. Aunque la crítica social no se plantea de forma directa, suele ir implícita. Ejemplo de esta corriente son: El Jarama (1955) de Rafael Sánchez Ferlosio, crónica de un día de domingo de un grupo de jóvenes junto al río Jarama; Entre visillos de Carmen Martín Gaite; El fulgor y la sangre de Ignacio Aldecoa.

     En la novela social o realismo social, el novelista toma partido por una literatura comprometida para agitar las conciencias y denunciar las desigualdades e injusticias sociales. Su interés se centra en los colectivos más castigados: obreros, campesinos, mineros, habitantes de los suburbios o bien critica a la burguesía, poniendo de manifiesto su amoralidad y su inmovilismo. Como ejemplo Los bravos (1954) de Jesús Fernández Santos.
    
     En el exilio destacan Requiem por un campesino español de Ramón J. Sénder(1953) , Arturo Barea con la trilogía La forja de un rebelde y Max Aub con temática de la Guerra civil española.

     Los años 60 son los del desarrollo económico, el crecimiento del turismo y el cambio de mentalidad. Aumenta la emigración y la oposición al régimen franquista.

     En literatura se produce un desgaste de la novela social. Ahora interesa más la renovación (lingüística y formal) aunque no se pierda la intención crítica.

    Con el descubrimiento de la novela hispanoamericana (La ciudad y los perros, Rayuela, Cien años de soledad) y la influencia de los grandes renovadores de la novela universal (Proust, Joyce, Kafka, Faulkner), y a partir de la publicación en 1962 de Tiempo de silencio, de Martín Santos, se generaliza la novela experimental, que se caracteriza por: es una novela abierta; ruptura de la linealidad temporal en el relato (técnicas como el flash-back, analepsis, prolepsis); supresión de los signos de puntuación;  perspectiva múltiple (monólogos, estilo indirecto libre, se alterna el punto de vista objetivo con la primera y segunda persona), desaparición casi total del argumento, utilización del contrapunto (se suceden fragmentos de acciones distintas ocurridas en diversos tiempos o espacios), presencia de personajes con problemas de identidad, renovación del lenguaje literario, etc.
Dos novelas son consideradas los modelos de las nuevas tendencias: La ya mencionada Tiempo de silencio  y Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo. 
     
      Otros títulos son: Volverás a Región (1967), de Juan Benet; Cinco horas con Mario (1966) y Los santos inocentes (1971), ambas de Miguel Delibes; San Camilo 1936 (1969), de Cela; Últimas tardes con Teresa (1967), de Juan Marsé; 

La lírica de los años 40 a los 70


Pregunta 5ª


La poesía lírica desde 1940 hasta los años 70

LA POESÍA LÍRICA DESDE 1940 A LOS AÑOS 70
Son muchos los estudiosos que incluyen a Miguel Hernández dentro de esta etapa ya que  este poeta es el más representativo de la poesía de posguerra, es por eso que comenzaremos por desarrollar su importancia para luego centrarnos en las diferentes décadas que abarca esta pregunta.

MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942)

Nacido en Orihuela en 1910, participó como soldado junto al ejército republicano durante la guerra civil. Al acabar la contienda fue encarcelado en diversas ciudades españolas y condenado a muerte; aunque la sentencia fue conmutada por treinta años de reclusión su vida se vería truncada definitivamente en 1942, en la cárcel de Alicante, a consecuencia de la tuberculosis
En su producción poética se han establecido CUATRO ETAPAS:
a) Etapa caracterizada por una poesía de tono barroco, que se refleja en "Perito en lunas" (1934). son cuarenta octavas reales de influencia gongorina y vanguardista. Sobresalen las metáforas y los símbolos como medios poéticos para transmutar y enriquecer la realidad (la luna, el toro, la noria, el labrador...).
b) En 1936 publica "El rayo que no cesa". El centro vital de la obra es la pasión amorosa hacia la que sería su mujer, Josefina Manresa, pero una pasión impedida por los convencionalismos de una moral provinciana: el amor es un "rayo" que se clava en el corazón con trágicos presagios de muerte. En cuanto al estilo, Miguel Hernández ha abandonado el barroquismo de su obra anterior y presenta una poesía más desarraigada, instalada en la corriente abierta por su amigo Pablo Neruda de la"Poesía impura" y en la concepción del amor como fuerza telúrica, propia de Aleixandre. La obra se compone sobre todo de sonetos, aunque en ella se incluye en tercetos encadenados su célebre "Elegía a Ramón Sijé", muerto en 1935, un canto sincero y emocionado al amigo.
c) Durante la guerra, Miguel Hernández emplea su POESÍA PARA LUCHAR por la causa republicana y escribe "Viento del pueblo", obra con la que se suma al romancero de la guerra civil. Como el viento, la voz del poeta alienta a los soldados en las trincheras, arenga a la lucha, mantiene viva la esperanza. Son poemas que lloran la muerte de Lorca, de los hombres en el frente de batalla, que cantan al niño yuntero, al sudor de los campesinos, a la compañera, esposa y amante lejana... En esta tercera etapa también escribe Miguel Hernández "El hombre acecha", la palabra es todavía símbolo de resistencia, pero la muerte del primer hijo y la derrota de la guerra sumen al poeta en la desolación.
d) Poesía desnuda y profunda (Las metáforas se han reducido sensiblemente en busca de una expresión directa y esencial). Son los poemas, escritos la mayoría en la cárcel, que se recogen en "Cancionero y Romancero de ausencias" (1938-1941): el poeta se duele de la ausencia de los suyos y escribe intensos poemas de amor a su mujer, también recuerda una guerra que sólo ha provocado odio y destrucción; pero aun así no renuncia a la esperanza. Uno de los poemas es "Nanas a la cebolla", dedicado a su segundo hijo



AÑOS 40

La poesía se desarrolló en torno a tres revistas: "Escorial", "Garcilaso" y "Espadaña".
"Escorial" reunió a los poetas de la generación del 36 (LUIS ROSALES, LEOPOLDO PANERO, DIONISIO RIDRUEJO Y LUIS FELIPE VIVANCO), que se decantaron por una poesía intimista de temas líricos tradicionales: el amor, la muerte, la tierra, el paisaje.
"Garcilaso" se fundó con apoyo oficial del régimen franquista para consolidar una poesía que sirviera a los fines de la dictadura. Su director fue José García Nieto y sus autores son básicamente los mismos poetas de Escorial. Los temas fundamentales son Dios y la patria, el paisaje castellano, el amor... Tienen un admirable dominio de la técnica. Poesía esteticista y de evasión que Dámaso Alonso denominó "poesía arraigada". Ofrecen una visión positiva del mundo obviando la dura realidad española del momento.
La revista "Espadaña" (1944). Contra esta visión esteticista y de evasión , reaccionan una serie de escritores que reclaman una poesía con mayor contenido humano y existencial, que refleje la desgarradora realidad española de la época ("poesía desarraigada" la llamó Dámaso Alonso). Renace la idea de poesía como comunicación, que busca compartir con el lector problemas comunes. TEMAS: la angustia histórica (causada por la guerra) y la angustia existencial (la ausencia de Dios, la soledad, la muerte...). Fecha clave es el año 1944 en que se publica "Hijos de la ira" de Dámaso Alonso ("Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres") y "Sombra del Paraíso" de Vicente Aleixandre, así como la creación de la citada revista "Espadaña" (1944).

En este grupo destacan: EUGENIO DE NORA, VICTORIANO CREMER, GABRIEL CELAYA, BLAS DE OTERO, CARLOS BOUSOÑO, JOSÉ HIERRO.

VANGUARDISMO. Además de los dos polos señalados (poesía arraigada y poesía desarraigada), hay escritores que intentan enlazar con la generación del 27 (el grupo "Cántico" de Córdoba) y con el surrealismo: la revista "Postismo" -abreviatura de postsurrealismo- de Carlos Edmundo de Ory. En la poesía surrealista el deseo se constituye en el motor del mundo. Los principales recursos estilísticos son metáforas encadenadas que tienen su base en el sueño, la alucinación y el subconsciente.



AÑOS 50: POESÍA SOCIAL

Hacia 1955 se consolida -en todos los géneros- el llamado «realismo social». De esa fecha eran dos libros de poemas que marcan un hito: Pido la paz y la palabra deBLAS DE OTERO y Cantos iberos de GABRIEL CELAYA. En ellos, ambos poetas superan su anterior etapa de angustia existencial, para situar los problemas humanos en un marco social. Su estela será seguida por muchos de los que antes se inscribían en la «poesía desarraigada»:
En cuanto a la temática, hay que destacar la gran proporción que alcanza el tema de España, más obsesivo aún que en los «noventayochistas» y con un enfoque distinto (más político). Dentro de la preocupación general por España y del propósito de un «realismo crítico», se sitúan temas concretos que resultan paralelos a los que vimos en la novela y en el teatro de la misma tendencia: la injusticia social, la alienación, el mundo del trabajo, el anhelo de libertad y de un mundo mejor.. No hará falta insistir sobre ello.
Estilísticamente se trata de una poesía que emplea un lenguaje claro de tono coloquial, pues va dirigida «a la mayoría».
Las tres figuras relevantes de este periodo son: José Hierro, Gabriel Celaya y Blas de Otero.



AÑOS 60 Y 70

A finales de los cincuenta apareció un grupo de poetas que, sin dejar los temas sociales, buscaba una mayor elaboración del lenguaje poético y un desplazamiento de lo colectivo a lo personal. Para ellos el poema es un instrumento que permite al ser humano -y, por tanto, al poeta-conocer el mundo, conocerse a sí mismo. Son los poetas conocidos como la Promoción de los sesenta: Ángel GonzálezJaime Gil de BiedmaJosé Ángel Valente, Francisco BrinesClaudio Rodríguez (1934)...
Se puede establecer un temática común a todos ellos:
# la reflexión sobre el paso del tiempo (el tiempo pasa y destruye; sólo la infancia y la adolescencia se verán como un paraíso perdido);
# el amor como cauce del erotismo y la amistad;
# la reflexión sobre la creación poética.
# En algunos poemas tratan asuntos de tema social y político, pero tratados con ironía, un cierto distanciamiento autocrítico y una mayor perfección estilística.
En el estilo es muy visible que el lenguaje conversacional, «hablado», es compatible con una exigente labor de depuración y de concentración de la palabra. Cada poeta se propone la búsqueda de un lenguaje personal, nuevo, más sólido. Sin embargo, no les tientan las experiencias vanguardistas. Frecuentemente recurren al empleo de laironía

LOS AÑOS 70: los Novísimos

Preocupación por la forma y el lenguaje; ruptura con la cultura tradicional e inspiración en el mundo del cine, el deporte, televisión, cómic, canciones, incorporación de referencias muy cultas a obras y autores extranjeros (Se les llama los culturalistas; y también "los venecianos" por su gusto por ciudades como Venecia).
El nombre procede de una antología publicada en 1970 por el crítico José María Castellet con el título "nueve novísimos poetas españoles" que incluía a: Pere Gimferrer (la principal figura), Guillermo CarneroFélix de AzúaAntonio Martínez Sarrión, Manuel Vázquez Montalbán, Leopoldo Mª Panero, Ana María Moix, Vicente Molina Foix y José Mª Álvarez.

Al culturalismo se incorporan nuevos nombres como Luis Alberto Cuenca y Luis Antonio Villena.























































































viernes, 15 de febrero de 2013

Textos periodísticos


Textos periodísticos

TEXTO PARA QUE ENCUENTREN UN QUEHACER MIS ALUMNOS DE 2º DE BACHILLERATO EN EL LARGO FIN DE SEMANA.



POR CARIDAD

ELVIRA LINDO. 2 ENERO 2013

Cómo no te va a partir el corazón esa pobre mujer que acude a la tele pidiendo asistencia para un hijo enfermo; cómo no va a provocar compasión quien cuenta a cámara que no trabaja desde hace años, tantos, que ya se le pasó la edad de resultar atractivo a una empresa; cómo no conmoverse si a un programa acude toda una familia que muestra su desgracia como un último recurso de salvación antes de que todo se derrumbe definitivamente. Tras una primera reacción de empatía y comprensión, hay una segunda, de rabia, no relacionada con los que movidos por una situación angustiosa acuden donde sea, sino con los que supuestamente animados por la bondad les empujan a convertirse en protagonistas de espacios televisivos cuyo objetivo es mostrar la cara de la desgracia.
Los entrevistados suelen mostrarse tímidos al principio, pero el conductor del programa se las apaña para ir hurgando en la herida hasta que se derrumban y lloran, a veces delante de una criaturilla de cinco o seis años que, con la serenidad propia de los niños que presencian a diario cómo sus padres sufren, se arrima aún más a ellos para aliviar su dolor. Es entonces cuando el entrevistador anuncia que hay una llamada, la llamada de alguien que está dispuesto a socorrer al hambriento, ofrecer trabajo al parado o un tratamiento al hijo enfermo. Llegados a este punto, los pobres desgraciados lloran aún más, el público aplaude conmovido esas lágrimas y este cuento navideño de Andersen acaba con un final feliz. El presentador añade, "ya nos gustaría hacer esto por todo el mundo".
Mal vamos si nos acostumbramos a la caridad y no a la justicia. La solidaridad, lo saben los voluntarios, es un parche. Los parados quieren trabajar; los enfermos, ser atendidos; los sin casa, un techo- Pero no gracias a la piedad de los desconocidos, sino porque tienen el derecho. Lo tienen.

Cuestiones
1. Resuma el texto.
2. Proponga un tema.
3. Organice las ideas del texto.
4. Comentario crítico.



jueves, 14 de febrero de 2013

Textos literarios. Narrativa



TEXTOS LITERARIOS. NARRATIVA


OTRO MÁS POR SI ACASO...



Así fui llegando a mis veinticuatro años, que es cuando volvió de
América, con un caudalillo ahorrado, mi hermano Lázaro. Llegó acá, a
Valverde de Lucerna, con el propósito de llevarnos a mí y a nuestra madre
a vivir a la ciudad, acaso a Madrid.
-En la aldea -decía- se entontece, se embrutece y se empobrece uno. Y
añadía:
-Civilización es lo contrario de ruralización; ¡aldeanerías no!, que no
hice que fueras al colegio para que te pudras luego aquí, entre estos zafios
patanes.
Yo callaba, aún dispuesta a resistir la emigración; pero nuestra madre,
que pasaba ya de la sesentena, se opuso desde un principio. «¡A mi edad,
cambiar de aguas!», dijo primero; mas luego dio a conocer claramente
que ella no podría vivir fuera de la vista de su lago, de su montaña, y sobre
todo de su Don Manuel. -¡Sois como las gatas, que os apegáis a la
casa! -repetía mi hermano. Cuando se percató de todo el imperio que sobre
el pueblo todo y en especial sobre nosotras, sobre mi madre y sobre
mí, ejercía el santo varón evangélico, se irritó contra este. Le pareció un
ejemplo de la oscura teocracia en que él suponía hundida a España. Y
empezó a barbotar sin descanso todos los viejos lugares comunes anticlericales
y hasta antirreligiosos y progresistas que había traído renovados
del Nuevo Mundo.
-En esta España de calzonazos -decía- los curas manejan a las mujeres
y las mujeres a los hombres… ¡y luego el campo!, ¡el campo!, este campo
feudal…
Para él, feudal era un término pavoroso; feudal y medieval eran los
dos calificativos que prodigaba cuando quería condenar algo.
Le desconcertaba el ningún efecto que sobre nosotras hacían sus diatribas
y el casi ningún efecto que hacían en el pueblo, donde se le oía con
respetuosa indiferencia. «A estos patanes no hay quien les conmueva».
Pero como era bueno por ser inteligente, pronto se dio cuenta de la clase
de imperio que Don Manuel ejercía sobre el pueblo, pronto se enteró de
la obra del cura de su aldea.
-¡No, no es como los otros -decía-, es un santo!

                                          Miguel de Unamuno. San Manuel Bueno, Mártir



Cuestiones
     1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto.
     2. Indique el tema del texto.
     3. Resuma el texto.
     4. Realice un comentario crítico del contenido del texto.


domingo, 3 de febrero de 2013

Textos literarios. Poesía

ROMANCE DE LA LUNA LUNA
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
– Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
– Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
– Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
– Niño déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.



Federico García Lorca, Romancero gitano

Textos literarios. Poesía

BEATO SILLÓN¡Beato sillón! La casa
corrobora su presencia
con la vaga intermitencia
de su invocación en masa
a la memoria. No pasa
nada. Los ojos no ven,
saben. El mundo está bien
hecho. El instante lo exalta
a la marea, de tan alta,
de tan alta, sin vaivén.


Jorge Guillén, Cántico (1928)

Textos literarios. Poesía

Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.

Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.

¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!



Rafael Alberti, Marinero en tierra (1924)

Textos literarios. Poesía





Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente sólo.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.



Vicente Aleixandre, La destrucción o el amor (1935)

Textos literarios. Poesía



NOCTURNO
Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza,
las palabras entonces no sirven: son palabras.
Balas. Balas.
Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas.
¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!
Balas. Balas.
Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.
Balas. Balas.
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.



                        Rafael Alberti, De un momento a otro (1937)

Textos literarios. Poesía




Si el hombre pudiera decir lo que ama,
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz;
Si como muros que se derraman,
Para saludar la verdad erguida en medio,
Pidiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
La verdad de sí mismo,
Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
Sino amor o deseo,
Yo sería aquel que imaginaba;
Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama ante los hombres la verdad ignorada,
La verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
Por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad el amor,
La única libertad que me exalta,
La única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero porque no he vivido.



Luis Cernuda, Los placeres prohibidos (1931)

Textos literarios. Poesía

Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las
gentes del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
"Yo te quiero, soy yo".

Pedro Salinas, La voz a ti debida (1933)

Textos literarios. Poesía



ROMANCE DEL DUERO
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.

Gerardo Diego, Soria (1923)